Eliseo Martínez García

Este burgalés de Villegas, un pequeño pueblo cercano a Sasamón y a Villadiego, ha hecho en estos años inversiones notables, tanto en tierras como en maquinaria. “

C.R./ Redacción

Eliseo llevaba trabajando 14 años en una empresa cuando en 1999, a la jubilación de su padre, decidió hacerse cargo de la explotación. Conoce, pues, las ventajas e inconvenientes de estar empleado para otros y de trabajar para uno mismo, y se queda con lo segundo, “porque en la agricultura tú sabes lo que tienes que hacer y te marcas el camino”. Lo que le preocupa, como a cualquier profesional del campo, es saber con qué cosecha culminará un año de trabajo, a qué precio de pagará la producción y qué margen quedará para ir financiando las inversiones hechas.

Este burgalés de Villegas, un pequeño pueblo cercano a Sasamón y a Villadiego, ha hecho en estos años inversiones notables, tanto en tierras como en maquinaria. “Tengo 46 años y  pienso  que éste es el momento ideal para poner a punto la explotación, para que tenga tiempo suficiente de amortizar lo invertido”, comenta. La renovación de maquinaria le ha permitido orientar parte de su explotación tradicionalmente centrada en la cebada, el trigo y las leguminosas para forraje, al girasol, y también completar sus ingresos haciendo algunos trabajos para terceros. La compra de tierras, a precios nada baratos –en la zona no bajan desde hace años de los 6.000 euros la hectárea – ha tenido también que asumirla, cuando ha sido imposible continuar con los arriendos. Otra apuesta ha sido la construcción de una nave para almacenar, que le permita manejar la comercialización sin depender de almacenistas.

En estos días coincide el final del empacado de forrajes, que vende principalmente a ganaderos asturianos, con el comienzo de la cosecha de cereal, que estima que será mejor para el trigo que para la cebada. También es en estas semanas cuando se multiplica por dos el número de vecinos del pequeño Villegas, y los paseos cerca del río Brullés se animarán.

ADJUNTOS