Guillermo Mantecón, agricultor

“Desde pequeño me gustó el tractor, y aquí he seguido”, comenta Guillermo, aunque la explotación actual casi quintuplica la que heredó de sus padres. En cultivos, apuesta por las patatas, el maíz, la remolacha y los cereales, para ir compensando ganancias y pérdidas.

Muy cerca de La Bañeza está el municipio de Soto de la Vega. Tal como indica su nombre, los ríos Órbigo y Tuerto lo atraviesan y permiten que buen parte de su agricultura sea de regadío. En ella trabaja Guillermo Mantecón, nacido hace 39 años en el pueblo, que hace ya 18 años tomó las riendas de la agricultura familiar. “Desde pequeño me gustó el tractor, y aquí he seguido”, comenta Guillermo, aunque la explotación actual casi quintuplica la que heredó de sus padres. En cultivos, apuesta por las patatas, el maíz, la remolacha y los cereales, para ir compensando ganancias y pérdidas.

Al principio el riego era todo por inundación, pero a base de planes de mejora e inversiones hoy buena parte de la explotación cuenta con aspersión, “más sostenible y que además beneficia mucho la evolución del cultivo, porque se controla el agua que aportas”, explica. La incertidumbre que esta campaña ha habido sobre las disponibilidades de agua, y en concreto de las reservas del embalse más próximo, Barrios de Luna, hizo temer en su zona poder sembrar remolacha, “aunque las lluvias de Semana Santa permitieron que entrara algo, si no todo se hubiera sembrado con maíz. La verdad es que remolacha no ha dejado de perder peso año a año”.

Fiel a ASAJA desde que se incorporó, siguiendo la estela de su padre, sus quejas son las de muchos otros profesionales: que en ocho años, los costes del gasóleo se han triplicado, los de los abonos duplicado, etc. mientras que los precios de los productos no suben o incluso bajan, como ha ocurrido en la remolacha. En patata no quiere jugar a la lotería y tiene un contrato “que te da estabilidad, porque si no este año hubiera tenido que tirar la patata. Ir de por libre tiene los días contados”, indica. 

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