Aunque la actividad agraria y ganadera no para porque es estratégica, y más aún en estos tiempos de alarma internacional, le repercute directamente la paralización casi total de buena parte de la actividad económica y productiva. Entre otros, uno de los puntos que preocupa es cómo afectará al suministro de equipos agrícolas las medidas que sanitarias que se están adoptando cada vez en más fábricas de marcas principales para el sector.
El COVID-19 ya ha tenido consecuencias directas en las industrias de Italia, Francia, Alemania… ahora se incorpora a la pandemia Gran Bretaña y también llega ya a Estados Unidos. Algunas fábricas han cerrado y otras tratan de mantener el suministro de repuestos a los distribuidores, para limitar el impacto en la agricultura, pero se esperan demoras en la entrega.
Pasados los periodos de cuarentena, todas las firmas aseguran que tienen todo preparado para producir al cien por cien. Pero mientras, habrá que pasar por un periodo de limitación de contactos, con pedidos remotos (SMS, teléfono o correo electrónico) y que previsiblemente no llegarán rápido.
La esperanza para nuestro sector agrícola es que la actividad industrial pueda recuperar su ritmo lo antes posible, para que no haya problemas para encarar los meses de mayor trabajo, los de la cosecha.