Donaciano Dujo. Presidente de ASAJA CyL
Cuando en el sector queremos expresar que alguien, normalmente el político de turno, no tiene ni idea de lo que es el campo decimos que “no sabe diferenciar el trigo de la cebada”. Una frase que además suele ser verdad, porque los que son ajenos a esto solo ven campos verdes, amarillos o pardos, según la temporada, pero no tantos afinan a entender cómo cae la cabeza de la cebada o apunta la del trigo. Debe ser precisamente para dárselas de entendidos que los que no diferencian lo que crece en el campo se han empleado a fondo en poner nombres cada vez más complicados para describir lo nuestro.
Tiempo costó que la mayoría de la gente asimilara lo de la PAC -todavía hay algún urbanita que te pregunta que qué es eso de la “Paz” o el “Pack”-, y aún nos complicaron más la vida con las UDA, el SIGPAC, la UTA, la UGM y demás siglas que tratan de reducir nombres tan largos como impronunciables. Siempre ha gustado a los de arriba complicar el lenguaje, en lugar de simplificarlo y hacerse entender. Sin embargo, lo que uno va observando con el tiempo es que se entiende mejor a un experto que a uno que va de ello. El que sabe mucho no necesita ir presumiendo, y pone todas sus energías en hacerse entender. Sin embargo, el que no tiene muy claras las ideas, hace circunloquios y usa “palabros”, con la esperanza de que la audiencia no entienda nada y, si es posible, se duerma, para que no le haga preguntas ni le lleven la contraria.
Es curioso que, en este sector, en el que cada vez somos menos para trabajar, si algo prolifera en los últimos tiempos son los grupos de trabajo. Antes había reuniones o, si la cosa era importante, asambleas. Pero ahora hay quinientas fórmulas diferentes: comité de expertos, consejo asesor, plataforma de promoción, hub sectoriales, grupos 4.0… palabras cada vez más complicadas para que parezca que es nuevo lo de siempre: juntar a gente para hablar de algo. Claro que eso no suena muy comercial, así que cada día se inventan un nuevo palabro para definir lo de siempre, lo mismo que hacían nuestros antepasados cuando charlaban con otros agricultores y ganaderos en los días de mercado. Eso sí, si pones una palabreja en inglés, o el 4.0 por en medio, ya parece que estamos a otro nivel.
Al final, como en todo en la vida, siempre habrá un niño que señalará con el dedo y dirá al resto: “oye, que el rey está desnudo”. Sí, porque tanta plataforma, comisión, consejo, etc. etc. no son más que un envoltorio nuevo para tapar los viejos problemas: los bajos precios que recibimos por lo nuestro, los altos costes de producción que tenemos que asumir. Ah, y un hub no es otra cosa que juntar a gente, empresas y autónomos e instituciones, para avanzar y echarse una mano. No hace falta decirlo en inglés, solo trabajar para conseguirlo. Al pan, pan.