ASAJA de Castilla y León ha expresado su apoyo a los productores de patata de la región.
El precio que el consumidor paga en el mercado por la patata nada tiene que ver con el que percibe el productor que es, en muchos casos, una cantidad ridícula. Por ejemplo, el agricultor vende la variedad ‘jaerla’ entre 0’05 y 0’06 euros/kilo y la patata de lavado a 0’09 euros/kilo, mientras los precios de mercado se mantienen por encima de los 0’40 euros/kilo. Así, son los intermediarios y los grandes distribuidores los que se quedan con la ganancia y no repercute ni en un mayor beneficio para el agricultor ni en una bajada de precio para el consumidor.
La situación que se plantea este año en Castilla y León está marcada por el hecho de que actualmente existe una gran cantidad de patata almacenada en otras regiones que recogen el tubérculo antes. De esta forma, esa producción entra en competencia con la patata que se está arrancando en estas fechas y esto repercute negativamente en el precio que el agricultor recibe por su producción. A esto hay que añadir la entrada de patata de terceros países (en especial desde Bélgica y Francia), sin que el Gobierno español ponga traba alguna.
En cambio, el Gobierno, que se preocupó mucho por tomar una serie de medidas entre los meses de enero y marzo, cuando el precio de la patata fue uno de los principales factores que contribuyó a elevar el IPC, en estos momentos en los que el agricultor percibe una cifra ridícula mientras el beneficio para el intermediario se dispara, mira hacia otro lado y se despreocupa de tomar medidas que puedan corregir esta situación.
En Castilla y León se han sembrado este año 27.350 hectáreas, frente a las 26.470 de la anterior campaña, y son Valladolid (6.400 hectáreas), Salamanca (6.170) y Burgos (5.000) las que mayor superficie dedican. Le siguen León (3.400), Segovia (2.700), Zamora (1.250), Ávila (1.040), Palencia (1.000) y Soria (390). El cultivador de patata tiene un coste medio por hectárea entre 3.000 y 3.600 euros y la situación actual supone unas pérdidas entre 600 y 1.200 euros por hectárea.
Desde ASAJA pedimos, como principales medidas para mejorar la situación del sector, un apoyo decidido a los cultivadores que patata por parte de las administraciones, que deben impulsar la necesaria regulación del sector, la planificación de los cultivos y el escalonamiento de la recogida. Las administraciones también deben incrementar los controles fitosanitarios del producto para dificultar la entrada de patata de terceros países y, si la situación actual se mantiene, establecer una serie de medidas fiscales de apoyo al cultivador, así como poner en marcha campañas de apoyo al consumo.
Una vez más, se evidencia la falta de estructuración de este sector, que carece en la Unión Europea de Organización Común del Mercado, y que tampoco tiene una Interprofesional que lo regulen el ámbito nacional. En este sentido, ASAJA entiende que es esencial que los productores se agrupen en cooperativas o fórmulas que les permitan organizar la comercialización. Aproximadamente, el 35 por ciento de la producción patatera de la región está dentro de cooperativas, por lo que la OPA considera que una medida positiva para regular el mercado y estabilizar los precios sería que la Consejería apostase más decididamente por las ayudas al almacenamiento dirigidas a estas sociedades.
Nota: Si desean más información sobre este asunto, pueden dirigirse al responsable de ASAJA Castilla y León del sector de la patata, Alberto Cano. Está a su disposición en el teléfono 669 437 271