La continuidad de la actividad ganadera es vital para que las áreas de montaña sigan habitadas. Así lo afirma José Antonio Turrado, secretario general de ASAJA de Castilla y León, que ha participado en un seminario sobre desarrollo sostenible de áreas de montaña celebrado en el Centro Nacional de Educación Ambiental.
La continuidad de la actividad ganadera es vital para que las áreas de montaña sigan habitadas. Así lo afirma José Antonio Turrado, secretario general de ASAJA de Castilla y León, que ha participado en un seminario sobre desarrollo sostenible de áreas de montaña.
El secretario general de ASAJA en Castilla y León, José Antonio Turrado, participó el pasado martes 25 de febrero en el Seminario sobre Conservación y Desarrollo Sostenible en Areas de Montaña, celebrado en Valsaín (Segovia), y organizado por el Comité Español para el Año Internacional de las Montañas.
En la mesa redonda «Bosques, agricultura y ganadería de montaña», José Antonio Turrado defendió la necesidad de que siga existiendo un sector ganadero rentable y competitivo que fije población en el medio rural en general y muy particularmente en áreas montañosas. La actividad ganadera en zonas de montaña, dijo José Antonio Turrado, choca con dificultades adicionales como los mayores costes de transporte de los piensos y otros medios de producción, así como un mayor coste del transporte de los productos a los centros de transformación, en especial la recogida de la leche. Otros problemas destacados fue las dificultades para eliminar estiércoles y purines, la presión de los animales salvajes sobre las especies domésticas, la competencia de la forestación en los terrenos de pastoreo, o la restrictiva legislación en áreas de protección especial como son los parques naturales.
Ante estas dificultades adicionales, el representante de ASAJA abogó por una mayor apoyo a los ganaderos de estas zonas con ayudas específicas y potenciando más las ayudas a zonas de montaña y desfavorecidas de las que el beneficiario además es siempre agricultor o ganadero profesional. También se pidieron actividades económicas alternativas para complementar rentas con una ganadería a tiempo parcial que ya se ha impuesto en la mayor parte de Europa. La PAC actual es tacaña y cicatera con los agricultores y ganaderos de las zonas de montaña.
El representante de ASAJA destacó la necesidad de mejorar la vida en las zonas de montaña propiciando a los habitantes de ese medio servicios de los que se disfruta en el medio urbano. En especial mejores comunicaciones, acceso a la sanidad, a la educación, y otros servicios de los que se carece o son muy deficientes, ya que sin calidad de vida nadie querrá ser ganadero en las zonas de montaña aunque la actividad fuese económicamente rentable.
José Antonio Turrado hizo una reflexión sobre los impactos de la reforma de la PAC en las zonas de montaña si se aprueba como está previsto y se desvincula o desacoplan las ayudas de la producción. Muchos ganaderos de ovino, caprino y vacuno, sobre todo con edades próximas a la jubilación, preferirían seguir cobrando las ayudas sin producir, lo que llevaría a una caída de toda la actividad económica y hasta el abandono de los pueblos.
El secretario general de ASAJA en Castilla y León, José Antonio Turrado, participó el pasado martes 25 de febrero en el Seminario sobre Conservación y Desarrollo Sostenible en Areas de Montaña, celebrado en Valsaín (Segovia), y organizado por el Comité Español para el Año Internacional de las Montañas.
En la mesa redonda «Bosques, agricultura y ganadería de montaña», José Antonio Turrado defendió la necesidad de que siga existiendo un sector ganadero rentable y competitivo que fije población en el medio rural en general y muy particularmente en áreas montañosas. La actividad ganadera en zonas de montaña, dijo José Antonio Turrado, choca con dificultades adicionales como los mayores costes de transporte de los piensos y otros medios de producción, así como un mayor coste del transporte de los productos a los centros de transformación, en especial la recogida de la leche. Otros problemas destacados fue las dificultades para eliminar estiércoles y purines, la presión de los animales salvajes sobre las especies domésticas, la competencia de la forestación en los terrenos de pastoreo, o la restrictiva legislación en áreas de protección especial como son los parques naturales.
Ante estas dificultades adicionales, el representante de ASAJA abogó por una mayor apoyo a los ganaderos de estas zonas con ayudas específicas y potenciando más las ayudas a zonas de montaña y desfavorecidas de las que el beneficiario además es siempre agricultor o ganadero profesional. También se pidieron actividades económicas alternativas para complementar rentas con una ganadería a tiempo parcial que ya se ha impuesto en la mayor parte de Europa. La PAC actual es tacaña y cicatera con los agricultores y ganaderos de las zonas de montaña.
El representante de ASAJA destacó la necesidad de mejorar la vida en las zonas de montaña propiciando a los habitantes de ese medio servicios de los que se disfruta en el medio urbano. En especial mejores comunicaciones, acceso a la sanidad, a la educación, y otros servicios de los que se carece o son muy deficientes, ya que sin calidad de vida nadie querrá ser ganadero en las zonas de montaña aunque la actividad fuese económicamente rentable.
José Antonio Turrado hizo una reflexión sobre los impactos de la reforma de la PAC en las zonas de montaña si se aprueba como está previsto y se desvincula o desacoplan las ayudas de la producción. Muchos ganaderos de ovino, caprino y vacuno, sobre todo con edades próximas a la jubilación, preferirían seguir cobrando las ayudas sin producir, lo que llevaría a una caída de toda la actividad económica y hasta el abandono de los pueblos.