Muchos momentos de tensión en la manifestación, celebrada el domingo, de cerca de un millar de ganaderos de leche de la región. El acto, que coincidió con la inauguración de la Feria Alimentaria, estaba convocado por ASAJA y el resto de OPAS, además de por las principales cooperativas del sector (no así por Urcacyl, que decidió no secundar la protesta).

Muchos momentos de tensión en la manifestación, celebrada el domingo, de cerca de un millar de ganaderos de leche de la región. El acto estaba convocado por ASAJA y el resto de OPAS, además de por las principales cooperativas del sector (no así por Urcacyl, que decidió no secundar la protesta).

La dureza con la que se emplearon los antidisturbios para evitar que los manifestantes accedieran al recinto de la Feria de Muestras, en el que en esos momentos inauguraba el presidente de la Junta de Castilla y León, Juan Vicente Herrera, la muestra Alimentaria, creó numerosos momentos de tensión, que «calentaron» aún más los ánimos de los ganaderos, que protestaban por la abusiva política de precios de las empresas.

A continuación, incluimos un ilustrativo artículo de nuestro secretario regional, José Antonio Turrado, sobre lo allí vivido.

UNOS TIENEN EL PARLAMENTO Y
OTROS TENEMOS LA CALLE

Necesariamente tengo que discrepar de la versión del poder oficial establecido sobre la manifestación de ganaderos de el pasado domingo en Valladolid. En opinión mía, en opinión de ASAJA y estoy seguro que de todos los que ven las cosas con objetividad, ayer una gran mayoría del ya minoritario sector vacuno de leche de Castilla y León manifestó su protesta ante una injusta situación de hundimiento de los precios que está poniendo al borde de la quiebra a centenares de ganaderías. Responsables de la situación son las industrias lecheras que campan a sus anchas imponiendo precios y condiciones, y responsable es la administración regional y nacional que se pone de parte de los que ayer exponían los productos lácteos en la Ferian Alimentaria y no de parte de los ganaderos que ordeñan las vacas.
Ya sé que es molesto que los ganaderos de toda la región le hayan ido a fastidiar la mañana al presidente del Gobierno regional y a todo el séquito que lleva a su lado para decirle en cada momento lo bien que lo hace y lo agradecidos que tenemos que estarle todos por gobernarnos. Pero no menos nos molesta a las gentes de a pie, las que no tenemos la tribuna del Parlamento para expresarnos y pedir cuentas al que nos gobierna, que nos quieran quitar también la calle para decir libremente lo que pensamos y exigir mejoras sociales y económicas como colectivo que somos.

Ayer en Valladolid, los ganaderos desarmados y sus representantes, tuvimos que sufrir el cerco de las Fuerzas de Seguridad del Estado con la consigna de acallarnos y de que no molestásemos a sus señorías los que mandan. Y el sector ganadero utilizó los medios que tenía, que eran poco más que las palabras, la imaginación y algunas carreras para que se viesen las pancartas que habían llegado desde nuestros pueblos. Y hubo incidentes, claro que los hubo, aunque nos faltó un poco de teatro para presentarnos en un centro médico a curar alguna herida y presentar denuncia que le hubiese sacado los colores a más de uno. Y protagonicé una anécdota que cada cual puede enjuiciar como quiera, y que sin duda da juego tanto a los miles de amigos como a algún enemigo que sin duda tengo en casi veinte años de actividad sindical en el mundo agrario –los enemigos creo que fuera del sector ganadero–, anécdota que consistió en enseñar el trasero a un policía que acababa de medírmelo, y con cierta saña, con su porra.

Me atizó un policía un porrazo y sencillamente me sentó mal. Me sentó mal porque atentó contra mi dignidad como persona humana, porque me pareció un porrazo en toda regla de los señoritos que estaban a un lado de la calle en el trasero de toda la gente humilde que al otro lado cercaba la Policía. Y sé que puede estar feo lo que hice, pero también sé que ni me arrepiento ni lo haré jamas, porque lo hice como un acto de rebeldía contra los poderosos, contra quienes quieren quitárnoslo todo, incluso la calle.

Y solo pido un deseo, que estoy seguro que quienes me conocen me lo concederán por mérito propio. Quiero que en el pie de foto que se guarde en los archivos de los diarios y de la agencia Efe rece textualmente “ José Antonio Turrado, que nunca se ha bajado los pantalones, le enseña el culo al Gobierno”.

Espero que ustedes me comprendan.

José Antonio Turrado. Secretario general de ASAJA de Castilla y León